16 oct 2025

El Diablo que anda por Coro (reseña de Diablo, adorado Diablo)

En su compilación de 1976, Luis Alfonso Bueno recoge el texto de Germán Arciniegas titulado "El Infiernillo de Coro". Allí, el colombiano señala que la iglesia de la ciudad data de 1527, "cuando Coro era el ombligo de este continente". Más adelante, el autor de América Tierra Firme expresa: "Por lo demás, en el siglo XVI, Coro era un infierno". "Buena parte de las diabluras correspondió a los alemanes. Con sus barbas rojas y su lengua infernal, parecerían, lo mismo a españoles que a indios, auténticos hijos de Satanás", y narra algunos eventos nada santos de los comienzos de la capital de la Provincia de Venezuela, puente de entradas europeas al interior de lo que hoy algunos llaman expaís. 

Igualmente, el narrador falconiano Ricardo Díaz Borregales en su obra Diablo, adorado Diablo (2020), escarba en el ambiente de la urbe para darnos claves, significados y figuras que la habitan y nos habitan. Sombras, espantajos, pequeños seres y evocaciones, que al final Coro y Venezuela son eso: pura evocación.

Si en Koro y otras partes (2017), el Pabellón Laclé es el centro de la trama, en esta novela lo es el caserón del viejo Hospital Santa Ana, devenido en Decanato de la Facultad de Medicina de la Universidad Francisco de Miranda. El Santana, cerrado y clausurado. Como la creatividad de los administradores de turno, tan parecidos a los otros, tan compadres, tan hermanazos, tan sancocho a las orillas de Meachiche o en las cumbres de Cabure. Prueba irrefutable del tránsito por un tiempo maltrecho e infecundo, varado.

Luis Solarte, narrador en primera persona, es quien nos conduce e intenta desnudarse ante nosotros en Diablo, adorado Diablo. El protagonista es el hombre mediano, aspiración que no se concreta. Estancado, tullido, limpio... Soñando con el Guggenheim y el descubrimiento por Caresse Lamberg. Boberías, lerderas y masilenterías ante la mujer que es espectro y obsesión. Solarte es observador, desvariante, anormal; también el que mira a los otros anormales en un mundo donde nadie ve ni escucha. Amor a la madre, odio al padre definen al personaje principal. Pero, ¿Quién no ha soñado con matar a su padre? ¿Quién no ha anhelado...?

La madre —divinizada— y el padre —transfigurado en ceretón— lo acompañan en un contexto a ratos firme, a ratos movedizo —salina, desierto, mar— donde convergen otros fantasmas: el poeta, las mujeres de los tristes prostíbulos, la vecina cocinera y artesana de muñecas de trapo, el viejo borracho, las predicadoras del evangelio, los estudiantes foráneos... La música de las rockolas.

Pero, sobre todo, ella: la mujer maldad. La huérfana del deslave de Vargas que va a parar a Coro con su vieja tía maltratadora; la que copulará con el padre, con el hijo y con el espíritu santo. El diablo se llama Dolores. Dolores Llamas tiene tensos y prominentes senos, cual Flora Martínez en Rosario Tijeras.

El diablo camina a sus anchas por estas páginas y todos vamos rotos en esta narración de Díaz Borregales. Todos somos Luis Solarte. En él, la Mujer demonio, Mujer diablo... Madre y prostituta. Santa y tentadora. Lo sublime y lo grotesco. El diablo y Dios son una mujer. La deformación del cuerpo lo une a una fémina; la del alma, también. Luis Solarte es el hombre que somos. Ese hombre que el país revela en un cuarto de siglo de historia. Exacto: no es lo mismo mentar al Diablo a que se te presente, ya se parezca a Gary Oldman o a Diosdado Cabello.

Aquelarre. El cuerpo abierto de la madre es penetrado por el hijo ante los gritos y delirios de los brujos, futuros matasanos titulados. La protuberancia que creció en su ombligo es la que se hiende en el cuerpo diseccionado de su madre. Con el diablo no se juega. Tampoco deberían hacerlo con Dios. Con el Dios de católicos y cristianos, evangélicos y pentecostales. Con cualquier Dios. Basta de bendiciones. "La fealdad solo está en el ojo de quien todo lo ve feo". En medio del torbellino, también se cuestionan los cánones que nos hacen y definen, las ideas que nos componen.

No hay aquí miedos ante el regionalismo. Se asume y recrea con maestría. Bares de Coro y de París, tugurios oscuros de Vallecas, tabernas de Lisboa, botiquín destartalado de El Supí. También el dolor por una ciudad que se desmorona día a día ante la desidia de todos. Lamento e ironía, flagelación y éxtasis, grotesca vida en un tiempo y lugar sin brillo, sin fulgor. La resolana también puede ser fuego fatuo. Los espacios urbanos, a un tiempo exaltados y degradados.

Francisco de Miranda, desde la casa de Navarrete —al contrario de la Marilyn de Denzil Romero— no cae en la seducción de este diablo coriano, el único ser que parece interesarse por él en aquella comarca. Ali Primera canta arrecho desde una esquina solar contra todos los que consagran la tristeza de Coro: fariseos y macabeos, antiguos copeyanos vestidos de rojo; exguerrilleros montados a fuerza en el volkswagen; restos de la élite colonial gozando con la lectura del grupo Kasega; comunistas arcaicos, masistas claudicantes; poetas alcahuetas y mediocres. "Aquí todo mundo es poeta". La señora que cargaba el maletín de Ildemaro Villasmil y ahora atribuye su callo a un fusil revolucionario. El Garua es ya un centro de la burguesía bolivariana, el Patana de Coro, aunque sin la estética de la izquierda light. Oficializado hasta convertirlo en patrimonio con discursos de orden y celebraciones protocolares. ¡Al demonio con todos!

Vivimos en las calderas del infierno, en el país fundado sobre el excremento del diablo. Venezuela sofoca, Coro sofoca. Aturden, embriagan de calor. "Para la mayoría de sus habitantes, Coro era un lugar donde francamente no debía llover jamás. A Coro no le agobiaba el calor, le agobiaba la lluvia". Monstruo atado a un origen del cual no puede desprenderse. ¿A qué se está atado? ¿A Coro, a la madre —una e indivisible—, a un entorno hostil y rústico, ordinario? ¿Placer masturbatorio, poseído de sí mismo, incapaz de trascendencia? El vínculo es su deformidad. 

Pintores del mundo y de la casa van tejiendo la tela donde transcurren los hechos: Chávez, Medina, Curiel, Velásquez, Gotopo, Loaiza... Hombres en su mayoría. Es raro que un pintor de tuqueques y viejos caserones agrietados no coincida con Zález y su pernocta en el interior de los paredones del Club Bolívar. ¿Acaso no hablaba el finalista de la Bienal de Cuenca de hundir los dedos en el ano del diablo? No conozco "el ambiente cultural de Coro", nunca compartí con sus oficiantes. Con Díaz Borregales solo el cordial y distante encuentro de las redes sociales. Demonios de nuestra época. Así que también me muevo por terrenos movedizos al consignar el disfrute de estas letras.

Los listados al final del libro no me parecen lo mejor, pero gocé de una lectura entretenida, sugerente e inquietante. Aún me conmueve el reflejo, ¿viejos temores de un niño viejo? Venía de leer la Trilogía sucia de La Habana de Pedro Juan Gutiérrez y la desmesura de la Nueva York de El secreto de Joe Gould de Joseph Mitchell, para arribar por los mismos mares del sur, como Federman, Hutten o Spira, hasta este Coro de Ricardo Díaz Borregales: una escritura que no defrauda. Salud Dr. Arciniegas, a su paso por esta comarca de viento y fuego. 

Isaac Abraham López

15 de octubre de 2025.


Descarga Diablo, adorado Diablo acá

3 feb 2025

Diablo, adorado Diablo - Edición definitiva


Orwell expresó: «escribir un libro es una lucha horrible y agotadora, como una larga y penosa enfermedad». Tras la escritura de La vida es basura (2011), de la que apenas sobreviví, supe que era cierto. Orwell dijo además: «nunca debería uno emprender esa tarea si no le impulsara algún demonio al que no se puede resistir y comprender». Y fue precisamente Satán, primo, quien me obligó a escribir. Pronto comencé una novela fáustica de estructura dantesca ambientada en Santa Ana de Coro. Tal vez el título escandalice y hasta cohíba a una parte de los lectores. No obstante, dudo que su lectura llegue a invocar al malévolo.

Acá les dejo Diablo, adorado Diablo (2020) en descarga y lectura online, para los que aún no la han leído. El presente posee revisiones y líneas adicionales suprimidas en la versión original.

Que la disfruten. Y gracias a todas aquellas pobres almas desinteresadas que a partir de este momento compartan esta novela.


DIABLO, ADORADO DIABLO (2020)  /  descargar leer

22 ago 2024

La ciudad de Koro (reseña del libro Koro y otras partes)

 2024

LA CIUDAD DE KORO, DE RICARDO DÍAZ BORREGALES

Es un mundo distópico. Al fin hemos logrado el cometido: el remanente de casas coloniales de Coro ha desaparecido. Dejando atrás los símbolos de un pasado de desigualdades, grupos sociales de poder  y los vínculos con una tradición caduca. Al fin hemos podido fundar la nueva ciudad, moderna y progresista, esa que se parezca al hermano mezquino de los pueblitos o campitos paraguaneros. La "ciudad chorreando orines milenarios" ha muerto para siempre. !Lo logramos!!

Termino de leer los textos de Koro y otras partes. Coro, Edición del autor, 2017, del falconiano Ricardo Díaz Borregales. Una lectura pendiente desde hace mucho. Con especial interés leeré La Casa y Diablo, adorado diablo, pero quería reportar la lectura que me debía desde su envío.

Narrador nacido en Coro en 1978, Diseñador Gráfico y TSU en Artes Audiovisuales, Díaz Borregales ha publicado otros libros como La Casa (2008), La vida es basura (2011), Niños, meteoros y otros causantes del fin del mundo (2014), Herida, costra y cicatriz (2016) y Diablo, adorado Diablo (2019). También poeta, ha merecido reconocimientos nacionales e internacionales como mención especial en  la XII Edición del Concurso Nacional de Narrativa Salvador Garmendia (2017) y  mención de honor en 13er Certamen Internacional de Novela Corta Ediciones Mis Escritos de Argentina (2019). 

Koro y otras partes recoge once relatos que se engranan como las piezas de un rompe cabezas. Juego de lego que nos sitúa en un tiempo sin piso, sin seguridades. Una atmosfera al mismo tiempo fantasmal, sinuosa, asfixiante, y al mismo tiempo hosca, huraña, terrible. La utopía es una construcción hermética, de bloques y asbesto, sin ventanas. Igual de desamor, memorias liquidas, picoteos sobre la realidad que no es. La ironía y el desdén ante impostura y falsedad entronizados. No es Coro, es el mundo fragmentado lo que entrega el autor y allí el brillo que a ratos vislumbramos. 

Es la reconstrucción de una genealogía. Y quizás el personaje más acabado sea ese Gustavo Millán que muestra toda la locura de la que somos capaces. El joven esquizoide que se hace gobernante y con decisión y autoridad logra al fin mejorar el paso de los Médanos, la eficiencia de los servicios públicos, el bienestar general que desde Ambrosio Alfinger hasta Henry Hernández se ha perseguido sin logro satisfactorio. Todo, eso si, sobre la demencia del poder y sus arrebatos. Ese capaz de todo. Ese que se expresa en todos los confines de "nuestro insólito universo." 

Los relatos de Marina y Teresa y el final, el de Adrián, que cierra el engranaje, me gustaron especialmente, e igualmente el del gobierno koriano de Gustavo Millán. 

¿Retrato de nuestras élites de ayer, hoy y siempre? ¿La familia disfuncional que somos? ¿Los pisatarios de un hotel llamado Venezuela, al que aborrecemos y del que jamás podemos despegarnos pues solo en él podemos ser, así vivamos en Madrid, Sidney o  Boston? ¿Nuestra marca, lo que nos define y no podemos disolver? ¿Una ciudad -Coro/Koro- cuyos entresijos aún tienen mucho que decirnos?  La escena de El Pabellón Laclé es estupenda. Otra huella del autoritarismo que esencialmente somos. 

Entre la locura y el sexo, Cerati desnudo, entonado y borracho, se deja practicar una felatio por una desdentada Lydda Franco convertida en "patrimonio cultural del pueblo falconiano". Mientras Popo Barraez puede ser ese niño con la cabeza metida en una bolsa, empeñado en encontrar los testículos de la estatua del cacique Manaure. Los recursos subversivos no exceden, contrario a la recurrencia de crónicas, poemas y ensayos en la misma urbe desde 1965 y Poemas Circunstanciales, lo cual uno como lector agradece. Ya está bueno de recursos baratos para mostrar rebeldía. KASEGA fue imitación burda hace ya 50 años.     

El conjunto es un libro de irregular factura, quizás inacabado, que sin embargo va creciendo a medida que se avanza en sus páginas. Al final deja placer en el lector, interrogantes, piezas de un puzzle que quedan dando vueltas. Gusto. Buen sabor. Personajes, situaciones, momentos, lugares, pasillos, rincones, grutas, arena de mar y médanos... Y ya eso creo que vale la dedicación. 

Agradezco a Ricardo Díaz Borregales este Koro y otras partes. Disfruté leerlo y recomiendo su lectura. Soy un aficionado -no tengo estudios ni formación en literatura-, así que solo pretendo hacer llegar mis impresiones hasta un autor y a posibles lectores. Un texto que deja ganas de seguir leyendo.


Isaac Abraham López 

Mérida, amanecer del miércoles 21 de agosto de 2024

Fotografía: Guia de Venezuela de F. Benet. 1928


Descarga Koro y otras partes acá


R.

29 abr 2024

Día del Libro y el Idioma

 2024












II Festival del Día del Libro y el Idioma, realizado el martes 23 de abril de 2024 en las instalaciones del plantel UEN SIMÓN BOLÍVAR, ubicado en la urbanización Las Velitas de Coro. Mi agradecimiento a las autoridades del plantel y a los coordinadores del evento, en especial a la profesora y poeta Maglys Leal por la cordial invitación.


R.

13 mar 2024

El Sol de Barro en Coroculto

 2024










Artículo de la poeta y amiga Maylen Sosa dedicado a la Fundación Editorial El Sol de Barro, publicado en la edición 008 de marzo 2024 de la Revista Coroculto. 

Muchas gracias a todo el equipo de la revista.

https://www.instagram.com/corocultorevista/

3 feb 2024

Análisis de La Casa

 2024







LA EXISTENCIA HUMANA EN PERSPECTIVA. ANÁLISIS DE LA NOVELA “LA CASA” DEL ESCRITOR RICARDO DÍAZ BORREGALES

Resumen

El artículo realizado cuenta con una serie de aportes desde la teoría del análisis literario y del existencialismo como corriente filosófica que profundiza en los problemas del ser como ente desde lo individual hasta lo colectivo. La investigación tuvo como propósito profundizar en los aspectos cognoscitivos de carácter filosófico que la literatura puede alcanzar mediante la construcción de narraciones ficcionales usando como base la obra “La casa” de Ricardo Díaz Borregales. El método utilizado fue la dialéctica con el cual se analizó a profundidad el discurso de los personajes de la obra seleccionada en la búsqueda de los elementos del existencialismo que determinan al ser humano desde la filosofía. Como conclusiones se obtiene que en “La casa” puede clasificarse como una novela existencialista, donde hay una elaboración ficcional realista en la que se proyecta tanto la realidad efectiva como la perspectiva filosófica propia del existencialismo filosófico, el cual es mostrado por el escritor por medio de su lenguaje literario.


Para leer el artículo completo, aquí

Para descargar la revista literaria De la Crítica, aquí


Mi agradecimiento a la autora Obdulis Rivero Rodríguez, a la revista literaria De la Crítica, y al Fondo Editorial UNEFM.

19 ene 2024

El nuevo poemario de Maylen Sosa

 2024












El pasado miércoles 17 de enero se realizó la presentación del libro "La tentación de lo abierto", escrito por la poeta Maylen Sosa y editado por la Fundación Editorial El Sol de Barro. El evento se efectuó en la Barbería de Bululo, la cual estuvo plena de amigos y familiares de la poeta, además de amantes de la poesía. La parte musical estuvo a cargo del talentoso músico Suso González y las palabras de presentación de la obra fueron pronunciadas por el poeta José del Carmen Barroso. Los asistentes  pudieron disfrutar de los textos de este poemario leídos por la propia autora y expresar sus opiniones acerca de esta y otras obras de la poeta. La moderación del acto estuvo bajo la responsabilidad de la locutora y licenciada en Literatura Juanita Becerrit. Es oportuno recordar que esta fundación es una organización no gubernamental, sin fines de lucro, que tiene como finalidad la difusión de la obra de escritores y artistas plásticos venezolanos, especialmente del estado Falcón. Entre sus integrantes también se cuentan Manuel Coronado, Ricardo Díaz Borregales y Anthony Alvarado.









Nota de prensa: José del Carmen Barroso

Fotografías: Alejandro García, Anthony Alvarado, Ricardo Díaz Borregales

Video y edición: Anthony Alvarado y Suso González