22 ago 2024

La ciudad de Koro (reseña del libro Koro y otras partes)

 2024









LA CIUDAD DE KORO, DE RICARDO DÍAZ BORREGALES

Es un mundo distópico. Al fin hemos logrado el cometido: el remanente de casas coloniales de Coro ha desaparecido. Dejando atrás los símbolos de un pasado de desigualdades, grupos sociales de poder  y los vínculos con una tradición caduca. Al fin hemos podido fundar la nueva ciudad, moderna y progresista, esa que se parezca al hermano mezquino de los pueblitos o campitos paraguaneros. La "ciudad chorreando orines milenarios" ha muerto para siempre. !Lo logramos!!

Termino de leer los textos de Koro y otras partes. Coro, Edición del autor, 2017, del falconiano Ricardo Díaz Borregales. Una lectura pendiente desde hace mucho. Con especial interés leeré La Casa y Diablo, adorado diablo, pero quería reportar la lectura que me debía desde su envío.

Narrador nacido en Coro en 1978, Diseñador Gráfico y TSU en Artes Audiovisuales, Díaz Borregales ha publicado otros libros como La Casa (2008), La vida es basura (2011), Niños, meteoros y otros causantes del fin del mundo (2014), Herida, costra y cicatriz (2016) y Diablo, adorado Diablo (2019). También poeta, ha merecido reconocimientos nacionales e internacionales como mención especial en  la XII Edición del Concurso Nacional de Narrativa Salvador Garmendia (2017) y  mención de honor en 13er Certamen Internacional de Novela Corta Ediciones Mis Escritos de Argentina (2019). 

Koro y otras partes recoge once relatos que se engranan como las piezas de un rompe cabezas. Juego de lego que nos sitúa en un tiempo sin piso, sin seguridades. Una atmosfera al mismo tiempo fantasmal, sinuosa, asfixiante, y al mismo tiempo hosca, huraña, terrible. La utopía es una construcción hermética, de bloques y asbesto, sin ventanas. Igual de desamor, memorias liquidas, picoteos sobre la realidad que no es. La ironía y el desdén ante impostura y falsedad entronizados. No es Coro, es el mundo fragmentado lo que entrega el autor y allí el brillo que a ratos vislumbramos. 

Es la reconstrucción de una genealogía. Y quizás el personaje más acabado sea ese Gustavo Millán que muestra toda la locura de la que somos capaces. El joven esquizoide que se hace gobernante y con decisión y autoridad logra al fin mejorar el paso de los Médanos, la eficiencia de los servicios públicos, el bienestar general que desde Ambrosio Alfinger hasta Henry Hernández se ha perseguido sin logro satisfactorio. Todo, eso si, sobre la demencia del poder y sus arrebatos. Ese capaz de todo. Ese que se expresa en todos los confines de "nuestro insólito universo." 

Los relatos de Marina y Teresa y el final, el de Adrián, que cierra el engranaje, me gustaron especialmente, e igualmente el del gobierno koriano de Gustavo Millán. 

¿Retrato de nuestras élites de ayer, hoy y siempre? ¿La familia disfuncional que somos? ¿Los pisatarios de un hotel llamado Venezuela, al que aborrecemos y del que jamás podemos despegarnos pues solo en él podemos ser, así vivamos en Madrid, Sidney o  Boston? ¿Nuestra marca, lo que nos define y no podemos disolver? ¿Una ciudad -Coro/Koro- cuyos entresijos aún tienen mucho que decirnos?  La escena de El Pabellón Laclé es estupenda. Otra huella del autoritarismo que esencialmente somos. 

Entre la locura y el sexo, Cerati desnudo, entonado y borracho, se deja practicar una felatio por una desdentada Lydda Franco convertida en "patrimonio cultural del pueblo falconiano". Mientras Popo Barraez puede ser ese niño con la cabeza metida en una bolsa, empeñado en encontrar los testículos de la estatua del cacique Manaure. Los recursos subversivos no exceden, contrario a la recurrencia de crónicas, poemas y ensayos en la misma urbe desde 1965 y Poemas Circunstanciales, lo cual uno como lector agradece. Ya está bueno de recursos baratos para mostrar rebeldía. KASEGA fue imitación burda hace ya 50 años.     

El conjunto es un libro de irregular factura, quizás inacabado, que sin embargo va creciendo a medida que se avanza en sus páginas. Al final deja placer en el lector, interrogantes, piezas de un puzzle que quedan dando vueltas. Gusto. Buen sabor. Personajes, situaciones, momentos, lugares, pasillos, rincones, grutas, arena de mar y médanos... Y ya eso creo que vale la dedicación. 

Agradezco a Ricardo Díaz Borregales este Koro y otras partes. Disfruté leerlo y recomiendo su lectura. Soy un aficionado -no tengo estudios ni formación en literatura-, así que solo pretendo hacer llegar mis impresiones hasta un autor y a posibles lectores. Un texto que deja ganas de seguir leyendo.


Isaac Abraham López 

Mérida, amanecer del miércoles 21 de agosto de 2024

Fotografía: Guia de Venezuela de F. Benet. 1928


Descarga Koro y otras partes acá


R.

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