26 ene 2010

Reseña de La Casa

2010

La casa
, es un espectáculo literario que merece ser leído por su innegable valor narrativo; una verdadera fusión escabrosa, que despierta emociones diversas. Es ese tipo de historias que nunca mueren, que siempre cobran vigencia en los fantaseados pensamientos humanos, siempre habrá quien se excite en sobre manera por las sensaciones que trasmite este relato, la fatalidad, el erotismo, la crudeza, la inocencia y la sátira inmersa en la casa, nos confronta, nos exige, nos obliga a utilizar la imaginación y a releer las fantásticas líneas que colman la obra. La casa despierta la humanidad en unos y en otros la malicia humana, se mete en nuestro consciente y cautelosamente asalta el inconsciente, despierta la curiosidad y echa ramas secas al fuego de la lectura, su influencia trasciende de lo bibliográfico y cobra vida. “…se encuentra ante mí como un padre -o quizás como una madre…” Ésta es un personaje más de la historia, siempre interviene atando y desatando cabos, dando pistas, imprimiéndole suspenso y terror a las escenas. “la casa, la infame morada que una vez dejé atrás, continúa igual: enigmática, lúgubre. Su imponente fachada parece querer elevarse al cielo y rasgar la noche.” Pero también están los otros personajes, representado cada uno por alguna cualidad; la madre una religiosa enferma que distorsiona con sus actos la imagen del catolicismo ¿o será ese su verdadero rostro? “a mi madre le importaba poco la clase de malviviente que podían traer a encerrar, igual los alimentaba, los bañaba, los atendía, y de vez en cuando también los maldecía” (…) El joven una especie de narrador omnipresente, es el elegido por la fatalidad y el erotismo. Él y su amante, “la chica de mirada melancólica”, son los encargados del cruel y penoso desenlace que le tocó vivir a los locos encerrados en las mazmorras de la prisión. La joven por su inocencia y su misericordia para con aquellos, el otro por su venganza (…) Finalmente, el demonio del suicidio apareció y terminó de adornar la historia dándole su merecido y muy oportuno acabado. Considero a Ricardo Díaz Borregales un auténtico creador de narrativa, cada detalle de la obra lo confirma y cada porción del texto no hace más que una invitación a LA CASA.

Anthony Marte
VI Semestre de Educación mención Lengua, Literatura y Latín - UNEFM

Publicado en la revista Cátedra de Papel Nº5 - Coro, febrero 2010

R.